lunes, 27 de febrero de 2012

El suiciodio en los jovenes


En mi vida he sabido de muchos casos de amigos o conocidos que han intentado suicidarse, pero afortunadamente ninguno de ellos ha logrado su objetivo; las causas han sido diversas, desde el típico truene con sus novi@s, fuertes problemas con familiares o amigos e incluso porque se inspiraron en alguna película.
En México, el suicidio es la segunda causa de muerte en los jóvenes, únicamente tras los accidentes automovilísticos relacionados con el consumo excesivo de alcohol o drogas.





Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (INEGI), los estados en los que hay una mayor cantidad de actos suicidas son Veracruz, Jalisco, Guanajuato, Distrito Federal y Nuevo León. Por otra parte, nuestro país ocupa el cuarto lugar en América Latina en índice de suicidio.
Una de las principales causas del suicidio en los jóvenes son los fuertes disgustos familiares ocasionados por una mala comunicación entre los padres e hijos y una fuerte incomprensión hacia ellos, a pesar de que, como comentó la doctora Emilia Lucio en entrevista para tva.com.mx, en el caso de México muchas veces el apoyo hacia los jóvenes va más allá del núcleo familiar y se puede respaldar en tíos, abuelos, primos, etcétera.

Los estados depresivos o las tendencias autodestructivas orillan a los jóvenes a buscar una pronta salida a sus problemas, los cuales también son generados por la gran presión que sienten sobre sus estudios o trabajo por parte de sus padres.
Las drogas y el alcohol, importantes factores que desestabilizan un sano desarrollo de la juventud, van de la mano del suicidio. En muchas ocasiones, los chavos ni siquiera tenemos problemas de tipo familiar, social o de identidad, pero bajo los efectos de estupefacientes, podemos sentir el impulso de quitarnos la vida o de ser violentos.
A pesar de que muchos tienen la idea de que la principal causa del suicidio es la desilusión amorosa (sobre todo en el caso de las mujeres), las estadísticas muestran lo contrario: Es el disgusto familiar el que predomina.
Ahorcarse, estrangularse, asfixiarse, intoxicarse, hasta llegar al uso de las armas de fuego o punzocortantes, son las principales formas que emplean los jóvenes para despojarse de la vida. No es bueno alarmarse si se sabe que algún amig@ o hij@ busca suicidarse, es un problema que se puede tratar si se detecta a tiempo; es importante hacerles notar que después de la muerte no hay nada, que no es una solución a los problemas.

Es posible prevenir el suicidio, se requiere del apoyo de los padres hacia sus hijos, saberlos escuchar y conocerlos bien para poder identificar sus cambios emocionales. Asimismo se debe trabajar en el manejo del estrés, el cuidado de las relaciones amorosas o sociales y el control de las adicciones. Pero, lo que no debe faltar es la comunicación, y no sólo entre padres e hijos, también entre familiares y amigos.

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